sábado, 8 de septiembre de 2012

HISTORIA DE LOS PERIODICOS, HISTORIA DEL TELEFONO, HISTORIA DEL INTERNET

  • HISTORIA DE LOS PERIODICOS
  • La historia de periódico es un capítulo a menudo dramático de la experiencia humana volviendo unos cinco siglos. En el Renacimiento Europa boletines escritos a mano circularon privadamente entre mercaderes, pasajero por información acerca del todo de guerras, condiciones económicas a costumbres sociales y características de "interés de humano". Los primeros precursores impresos del periódico aparecido en la Alemania en el 1400's tarde están en la forma de folletos de noticias o andanadas, a menudo altamente sensacionales en el contenido. 

    En América que el primer periódico apareció en Boston en 1690, las Ocurrencias permitidas de Publick. Publicado sin la autoridad, se suprimió inmediatamente, su
    editor detenido, y todo copian fueron destruidos. Verdaderamente, permaneció olvidado hasta que 1845 cuando el único ejemplo sobreviviente conocido se descubriera en la Biblioteca Británica. El primer periódico exitoso era el Boletín de Boston, comenzado por administrador de correos John Campbell en 1704.
  • HISTORIA DEL TELEFONO
  • En 1996 el teléfono cumple 120 años, desde que el 14 de febrero de 1876 Alexander Graham Bell solicitó en Estados Unidos una patente para un teléfono electromagnético. Aquel mismo día otro inventor, Elisha Gray, hizo una presentación similar, pero el aparato de Bell demostró ser el mejor y se convirtió en un éxito. Ambos, sin embargo, habían culminado un largo proceso en la historia Comunicaciones
    humana que, paradójicamente, tendría un desarrollo vertiginoso a partir de entonces. Si consideramos que la función de la telefonía es hacer audible el sonido, ante todo la palabra hablada, a largas distancias, deberemos recordar como uno de los pioneros a Robert Hook, quien ya en 1667 describía cómo un hilo muy tenso podía transmitir sonido por distancias bastante largas. 

    Los intentos fueron muchos, mas sería el progreso del electromagnetismo durante el siglo XIX el que asentaría las bases para el uso práctico de la telefonía. A principios de 1800, investigadores de muchos países estudiaban los fenómenos eléctricos y magnéticos. El danés Hans Christian Órsted descubrió el 21 de julio de 1820 que una comente eléctrica podía influir sobre una aguja magnética y, en una carta, dio a conocer su sensacional descubrimiento a los científicos y académicos de todo el mundo: existía una relación entre la corriente eléctrica y la potencia. Había nacido el electromagnetismo, que los inventores intentaron utilizar rápidamente para emitir mensajes por largas distancias construyendo diferentes aparatos telegráficos. A finales de la década de 1830 se había logrado un nivel técnico aceptable para el nuevo sistema de telecomunicación, que se llamó genéricamente Telégrafo Morse en homenaje a quien creó en 1838 el alfabeto telegráfico: el norteamericano Samuel P.B. Morse. Las compañías ferroviarias aprovecharon el invento para mejorar su tráfico y los diarios de la época contribuyeron a construir una red telegráfica internacional. La primera central telefónica del mundo se puso en servicio durante 1878 en New Haven, Estados Unidos; comprendía un cuadro conmutador y 21 abonados. Un eslabón complementado en 1892, cuando Almon B. Strowger construyó el primer cuadro conmutador telefónico automático. Este empresario de pompas fúnebres que vivía en Kansas City quería evitar, a través de su invento, que la telefonista de la ciudad y esposa de su principal competidor se "equivocara" al conectar las llamadas de sus clientes. Más o menos por la misma época, el "progreso" llegó a la Argentina. En la calurosa mañana del martes 4 de enero de 1881, el técnico francés Víctor Anden llamó a la puerta de una gran casona ubicada sobre la calle Florida, entre Tucumán y Viamonte.
    7.13 HISTORIA DEL INTERNET
    Hace 30 años atrás, las agencias encargadas de la seguridad de la Nación Americana confrontaban una preocupación muy genuina: Cómo las autoridades se comunicarían efectivamente luego de un ataque nuclear. Las comunicaciones juegan un papel importante en las seguridad de las naciones. Cualquier autoridad central sería el blanco principal de un ataque. En 1964 se da a conocer la primera propuesta para dicho problema. En primer lugar la red de comunicaciones sería diseñada desde sus orígenes sin ninguna autoridad central. El principio era sencillo: todos los nodos en la red tendrían igual estatus con la misma capacidad de transmitir, pasar y recibir mensajes. El mensaje por su parte sería dividido en paquetes, cada uno con la información suficiente para llegar a su destino, por lo que el viaje a través de la red sería independiente. La ruta que cada paquete tomase no tendría importancia, siempre y cuando llegase a su destino. A este concepto se le conoce como packet switching networking.
    La primera red grande y ambiciosa basada en dicho concepto en Estados Unidos fue realizada por la Advanced Reseach Projects Agency (ARPA). Para Diciembre de 1969 se encontraban ya conectadas cuatro computadoras, tres en California y una en Utah, en la red que se conoció como ARPANET. Gracias a esta red, científicos e investigadores podían intercambiar información y hacer uso de facilidades de forma remota. Rápidamente otras facilidades con recursos computacionales comenzaron a hacer uso de esta innovadora tecnología de packet-switching para interconectar sus propios sistemas y eventualmente conectarse con ARPANET.
    En 1971 ya se encontraban alrededor de 20 nodos en la red y en 1972 habían aumentado a 40. Para este segundo año de operación se había descubierto algo inesperado. La mayoría del tráfico en ARPANET no era precisamente computación a distancia sino noticias y mensajes personales. Se desarrolla para entonces lo que se conoce como mailing-lists, técnica para distribuir mensajes automáticamente a un número grande de "suscriptores". En los años 70 la red continuó creciendo. Para 1980 había más de 200 nodos, incluyendo la primera conexión internacional (Inglaterra y Noruega 1973). La estructura descentralizada de la red hacía fácil su expansión. El tipo de computadora que se conectara no era importante; sólo debía ser capaz de "hablar el mismo lenguaje" basado en packet-switching.

    Originalmente el "lenguaje" utilizado por ARPANET fue NCP (Network Control Protocol). Luego fue sustituido por un estándar más sofisticado conocido como TCP/IP. TCP (Transmission Control Protocol) es el responsable de convertir el mensaje en paquetes y luego reconstruir este en el destino.

    IP (Internet Protocol) es el que maneja el viaje de los paquetes a través de distintos nodos y redes dada la dirección de su destino. Dado que el software que implementaba los protocolos de TCP/IP en las computadoras era de fácil acceso y sobre todo gratis- unido a la descentralización de la red, no impedía que más y más computadoras se conectasen.
    7.14 EL CORREO EN EL SIGLO XX
    En el caso del Correo, desde la aparición del sello en 1850 y su obligatoriedad Comunicaciones
    como sistema de franqueo desde 1854, la Administración Pública mantuvo una sostenida política tarifaria de abaratamiento del servicio postal, que posibilitó la progresiva socialización del servicio, al resultar accesible, por sus menores costes, a capas cada vez más amplias de la sociedad española. Esta política de reducción tarifaria no estuvo exenta de vaivenes durante el último tercio del siglo XIX, dados los criterios divergentes de la Dirección de Correos y el Ministerio de Gobernación y las autoridades hacendísticas, llevados los dos primeros por el afán de expandir el servicio postal, incidiendo en su definición de servicio público, frente al carácter recaudatorio del mismo privilegiado por el Ministerio de Hacienda, ante la sempiterna escasez de recursos del Estado en el siglo XIX. En este proceso desempeñó un papel de primer orden el tendido y extensión de la red ferroviaria, al incrementar de forma exponencial la capacidad de transporte de la correspondencia por los caminos de hierro, frente al tradicional sistema de diligencias.
    Comunicaciones
    Desde su mismo nacimiento el ferrocarril apareció estrechamente vinculado al correo, la Real Orden de 31 de diciembre de 1844, que autorizó la creación de empresas ferroviarias, establecía la gratuidad del transporte de la correspondencia. Superadas las dificultades en el desarrollo del ferrocarril a partir de 1855, las cláusulas de concesión de líneas férreas fijaron o bien el principio de gratuidad o el establecimiento de tarifas preferenciales para el arrastre de los vagones-correo. Con ello aparecieron las oficinas ambulantes de ferrocarril, cuya red de acción creció de manera sostenida a lo largo del último tercio del siglo XIX, desde los 11.334 kilómetros de 1870 a los 54.615 de 1900.
    El nacimiento del correo aéreo. En este periodo una de las innovaciones más significativas fue la aparición y desarrollo del correo aéreo. Las primeras líneas aeropostales iniciaron su andadura en plena guerra mundial, momento del despegue de la aviación. El 22 de mayo de 1917 se inauguró la línea Roma-Torino, el 15 de mayo de 1918 la línea Washington-Filadelfia-Nueva York y el 17 Comunicaciones
    de agosto de 1918 la línea París-Le Mans-Saint Nazaire. En España se creó en 1918 una Comisión de Estudios que presentó al año siguiente el Proyecto para la implantación del correo aéreo, que dio lugar el 17 de octubre de 1919 a la aprobación del Decreto por el que se fundó el servicio aeropostal español. Dos meses después la Dirección General de Correos y Telégrafos obtenía la autorización para contratar con la compañía francesa Latécoère el transporte de la correspondencia por vía aérea entre Barcelona, Alicante, Málaga y Tánger, contrato que estuvo en vigor hasta 1925.
    Las primeras líneas aeropostales españolas vieron la luz a partir del Decreto de 5 de julio de 1920, por el que se establecieron las líneas Sevilla-Larache, Barcelona-Palma de Mallorca y Málaga-Melilla. La Compañía Española de Tráfico Aéreo (C.E.T.A.) obtuvó la concesión de la explotación de la línea Sevilla-Larache. En 1926, salió de nuevo a concurso la línea Sevilla-Tetuán-Larache, que ganó Jorge Loring, como continuador de CETA, iniciando sus vuelos el 1 de junio de 1927, unos meses después, el 15 de noviembre, fue suprimida la escala de Tetuán. Ese mismo año se fundó la Unión Aérea Española (UAE), vinculada con la empresa, de capital alemán, fabricante de los Junkers. La UAE obtuvo la concesión de la línea Sevilla-Lisboa, que prolongó su trayecto con una escala en Madrid. Coincidiendo con la Exposición Iberoamericana de Sevilla, la UAE puso en funcionamiento la efímera línea Sevilla-Granada. En 1927, se fundó también la compañía Iberia, vinculada asimismo al capital alemán, a través de Luft-hansa, que cubrió la línea Madrid-Barcelona. Ese mismo año, las Lignes Aériennes Latécoère, que cambiaron su nombre por Compagnie Générale Aéropostale, mantuvo la línea Barcelona-Alicante-Tánger, suprimiendo la escala de Málaga, y continuó su desarrollo hacia América del Sur, aprovechando sus bases en Cabo Juby y Villa Cisneros. Asimismo inició los vuelos de la línea París-Biarritz-Madrid.
    El correo durante la segunda mitad del siglo XX. Tras la finalización de la guerra civil el tráfico postal acusó los efectos de la contienda, frente a los 800.862.304 objetos postales circulados por el servicio interior en 1935 se pasó a los 521.938.000 de 1940. Por lo que respecta al tráfico postal internacional el brutal descenso de la inmediata posguerra fue debido a la radical alteración de las Comunicaciones
    comunicaciones postales fruto del estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1942 el tráfico postal internacional fue de 42.523.010 objetos circulados, frente a los 126.610578 de 1935. La infraestructura de Correos también se resintió por los efectos de la guerra, de las 1.377 Administraciones Principales, Centrales, Especiales y Estafetas de 1935 se pasó a las 760 de 1940 y las 7.867 carterías rurales de 1935 se redujeron a 7.372 en 1940. Otro tanto ocurrió con el personal de Correos, los 5.717 funcionarios técnicos y auxiliares de 1935 disminuyeron a 4.978 en 1940 y los 4.300 carteros urbanos pasaron a 3.814; sólo se incrementó ligeramente el número de carteros rurales que de los 14.284 de 1935 llegaron a los 14.720 de 1940.
    Hubo que esperar a 1948 para que se superase el volumen del tráfico postal interior anterior al estallido de la guerra civil, con una cifra de 818.599.971 objetos postales circulados. El tráfico postal internacional no alcanzó las cifras anteriores a la guerra civil hasta 1951, cuando circularon 125.696.844 objetos postales. Las razones que explican este retraso en la recuperación de los niveles de preguerra del tráfico postal internacional respecto del tráfico interior estriban en el aislamiento al que estuvo sometida la dictadura del general Franco durante los primeros años de la posguerra mundial, el retorno de los embajadores se produjo entre 1948 y 1950. Hasta 1948 las comunicaciones postales con Francia estuvieron interrumpidas, país básico para las comunicaciones con el continente europeo. Hasta entonces la circulación de los objetos postales quedaba interrumpida en Irún y en La Junquera, siendo devueltas las cartas a sus remitentes. En 1950 el servicio postal contaba con 1.223 Administraciones Principales, Centrales, Especiales y Estafetas y 7.759 Agencías y Carterías rurales; el personal de Correos se componía de 6.083 funcionarios técnicos y auxiliares, 7.115 carteros urbanos y 14.863 carteros rurales.
    Tráfico postal. El decenio de los años sesenta, conocido como los años del desarrollismo, registró fuertes tasas de crecimiento que transformaron Comunicaciones
    profundamente a la sociedad española. Ese mayor dinamismo encontró correlato en el incremento del tráfico postal. Tanto como consecuencia de la mayor actividad económica y comercial como de la mayor movilidad geográfica de la población española, con el mantenimiento de los flujos migratorios interiores y exteriores y la primera irrupción
    del turismo de masas, por la incipiente sociedad de clases medias, que al desplazarse a sus lugares de veraneo incrementaron el tráfico de las tarjetas postales para anunciar a familiares y amigos el nuevo estatus alcanzado signo del triunfo social, mediante el binomio seiscientos-playa que definió aquél decenio y medio hasta la muerte del dictador el 20 de noviembre de 1975. En este año el tráfico postal interior se elevó a 3.806.401.000 objetos postales circulados y el tráfico postal internacional alcanzó la cifra de 729.046.000.

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